Los caprichos en la mesa no son tal sino gustosas delicias diarias que con un poco de imaginación se pueden servir en un momento.
No hay que ingerir cantidad, sino rica calidad y a buenos precios.
Los mercados son para los cazadores, hay que cazar calidad-precio y se puede conseguir como hoy una mesa atractiva y rica.
Un poquito de jamon de guijuelo, unos boletus eduli, unos esparragos con salmon y una terrina de foie refrescado con una ensalada de endivias con anchoas y queso azul. Es más barato de lo que imaginamos porque el concepto barato no es solo pagar poco, es un concepto vital imprescindible de aprender.
Seguimos probando porque espero que algunos dias y algunos pensamientos en alto puedan servir a alguien.
Estoy completamente seguro de que un día de estos y si alguien consigue traducirme bien, sacará un alguna buena mesa o algún buen fin de semana ... o más.